COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  Segunda entrega
 
MOZART Un rompecabezas
-Segunda entrega-
G.R.Salgador & David Álvarez Guzmán


 
Salzburgo/antes del 10 de diciembre de 173[1]
PRIMERA REDACCIÓN DE LOS COROS Y ENTREACTOS PARA “THAMOS, KOENIG IN AEGYPTEN”, DRAMA HERÓICO (K. 345)
 
“Sobre la procedencia masónica del texto y las circunstancias en las que Gebler lo ha encargado a Mozart, el argumento, oscuro y complicado, sólo merece la pena por el significado esotérico de la lucha entre los sacerdotes del Sol y los malvados tenebrosos, que da forma a la trama.
Es fácil reconocer, en estos sacerdotes del Sol, a los Francmasones, penetrados de la filosofía de las luces, e identificar a los malvados que urden sus complots en las tinieblas con los partidarios del oscurantismo religioso y del fanatismo clerical. La Francmasonería estaba entonces proscrita y perseguida por María Teresa, y estaba obligada por ello a este simbolismo para realizar su apología o hacer proselitismo.
Lo más importante para nosotros (ya que es dudoso que en este momento de su vida Mozart haya sido muy consciente de lo que era en realidad la Francmasonería), es subrayar las similitudes capitales entre el drama de Gebler y, dieciocho años más tarde, el drama de La Flauta Mágica. El mismo país: Egipto. El mismo papel de una mujer apasionada, mandando en las conspiraciones del mal: Mirzala, Reina de la Noche. La misma oposición luz-noche, en el personaje simpático que es su antagonista: Sethos, gran sacerdote del sol Sarastro (cuyo nombre iraní trasplantado a Egipto, recuerda la religión del sol, instaurada por Zaratustra). La misma historia de una hija arrebatada a sus padres, educada en el culto a la luz por su supuesto raptor: Saïs-Pamina. La misma boda final, de esta princesa con un joven príncipe, iniciado y educado por los sacerdotes del sol, y que promete convertirse en un notable déspota iluminado: Thamos-Tamino. Alusión, en uno de los coros de Thamos, al “sonido encantado de la flauta” (sanfter Flöten Zauberklang). Y podríamos continuar sin dificultad ahondando en detalles.
Volveremos sobre esta afinidad, pues nos parece capital para comprender la Zauberflöte. Retengamos solamente en estos momentos que el “drama heróico” de Gebler no ha podido dejar indiferente a Mozart en 1773, o no habría repetido el texto seis años más tarde, ni habría fortalecido con él, dieciocho años después, una obra en la que se entregará por completo.
Estamos carentes de documentos respecto a lo que conocía Mozart entonces del papel y del significado de la Francmasonería. Pero no necesita penetrar en sus secretos ni medir el sentido de la lucha llevada a cabo contra ella para comprender, ahora que va a cumplir dieciocho años, la grandeza “heroica” del combate descrito, aunque enfáticamente y torpemente por Gebler, entre las fuerzas regresistas de la noches y las fuerzas progresistas de la luz.
Porque nos equivocaríamos escamoteando bajo el esoterismo abstracto de los símbolos masónicos bajo la sequedad de cierto racionalismo sarcástico (que se opone, en Nicolaï por ejemplo, a los desbordamientos afectivos del Sturm und Drang), ese soplo combativo, optimista y generoso que anima el esfuerzo de la Aufklärung y del que Lessing es la más alta encarnación.
Los entreactos que debe componer tienen que servir de unión entre las emociones suscitadas por el acto que termina y las que harán nacer el acto siguiente. Mozart lo desempeña con un sentido mucho más claro de la situación dramática que tiene que caracterizar, que el año anterior para el conjunto Lucio Silla.
En 1779, considerará el primero, el segundo y el cuarto bastante buenos como para dejarlos como están, excepto reforzando la orquesta. Hará lo mismo para el primer coro (en cambio, sustituirá el segundo); ahora bien, este primer coro, en el que Wolfgang ha puesto toda la pasión de sus dieciocho años, es precisamente una acción de gracias al sol vencedor de las tinieblas. Es significativo que este mismo duelo simbólico de la luz y de la noche, igualmente expresado en el texto masónico de la Cantata por la muerte de José II, haya suscitado la primera manifestación auténtica del genio de Ludwig van Beethoven, a la edad de veinte años, en 1790, y el paralelismo no se detiene aquí. Este tema, propuesto a Mozart cuando tiene menos de dieciocho años, fermentará en él durante otros dieciocho años, antes de que pueda darle su expresión satisfactoria en la Flauta.
Igualmente, a los veinte años, Beethoven contempla la posibilidad de poner música a la Oda Masónica de Schiller “A la Alegría”, y este proyecto lo albergará durante más de treinta años, antes de que pueda darle su satisfactoria expresión en la Novena Sinfonía”.
 
Las obras musicales:
1.    MOZART: Masonic Music
Decca Serenata, editado en 1969
CONTENIDO:
·         Lied “O heiliges band der freundschaft treuer bruder” KV.148
·         Kantate “Dir, seele des weltalls” K.429
·         Lied Gesellenreise “Die ihr einem neuen Grade” K.468
·         Kantate Die Maurerfreude “Sehen, wie dem starren forscherauge” K471
·         Maurerische Trauermusik K.477
·         Lied “Zerfliesset heut, geliebte bruder” K.483
·         Lied “Ihr unsre neuen leiter” K.484
·         Kleine deutsche kantate K.619
·         Eine kleine freimaurer Kantate K.623
·         Hymne “Lasst uns mit geschlungen handen” K.623a
 
DIRECTOR:
István Kertész
INTERPRETES:
Orquesta Sinfónica de Londres
Coro del Festival de Edinburgo
Werner Krenn,tenor
Tom Krause, barítono
George Fischer, piano/ órgano
 


 
 
2.    MOZART: Die Zauberflote K.620 highlights
Philips Complete Mozart Edition, editado en 1995
CONTENIDO:
·         Overture
·         Der vogelfanger bin ich ja
·         Dies bildnis ist bezaubend schon
·         O Isis uns Osiris
·         Alles fuhtl der liebe freuden
·         Der holler rache
·         In diesen heil gen hallen
·         Ach, ach fuhls
·         Papagena! Weibchen!
·         Nur stille, stille
·         O zittre nicht
·         Pa-pa-pa-pa-pa
 
DIRECTOR:
Sir Colin Davis
INTERPRETES:
Orquesta de Dresden
Coro de Leipzig
Kurt Moll, Sarastro, tenor
Luciana Serra, Queen of the Night, soprano
Margaret Price, Pamina
Peter Scheier, Tamino
Mikael Melbye, Papageno
María Venuti, Papagena
 
 


 
 


[1]La fecha aproximadamente de la terminación nos la da una carta del 13 de diciembre, en la que Gebler escribe desde Viena a Nicola “La música del Sr. Mozart (sic) está terminada”.
 
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