COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  LOS FRANCMASONES
 
LOS FRANCMASONES, SUS SECRETOS REVELADOS
Giles Morgan. Reino Unido, Ed. Evergreen, 2008. 192 p.: il. Historia-Divulgación.
 
 
Por: Armando Castillo Romero
 
  
 
 “Con libertad ni ofendo ni temo”
José Artigas
 
La francmasonería hoy.
Casi al finalizar el libro, encontramos una foto de Camila, duquesa de Cornualles, agradeciendo a los miembros dirigentes de la Gran Logia Unida de Inglaterra su caritativa donación a un hospital de Londres. La esposa del Príncipe Charles, Príncipe de Gales y miembro de la familia real británica es, ex profeso, Gran Maestre de la Gran Logia Regular de Inglaterra.
Giles Morgan, en su calidad de librero-editor, nos da a conocer en una bellísima edición, rica en ilustraciones y calidad excepcional, su particular visión sobre Los Francmasones, sus secretos revelados.
El libro consta de 9 capítulos y un apartado final dedicado tanto al Rito Escocés como al Rito de York.
En el Capítulo primero, nos habla de manera general sobre los rituales y símbolos característicos de la Orden masónica, su influencia en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana y su permanente contribución a la mejora de la especie humana.
Nos dice el autor:
            “La masonería forma a sus socios con una serie de lecciones morales cargadas de simbolismo y alegorías, descritas como ‘grados’”.
“Sus miembros comparten un código moral y un sistema de valores”
            “Los masones buscan mejorar como personas mediante el aprendizaje de lecciones morales y espirituales, no solo para desarrollar y mejorar sus caracteres sino también contribuir de forma positiva con la hermandad y con la sociedad en general”.  
            El autor, a lo largo del libro, nos da a conocer tanto los medios como los fines para alcanzar tan elevados ideales, mismos que son administrados por un conjunto de masones que se organizan en una logia (centro de reunión) cuyo dirigente se denomina Venerable Maestro, y quien es el principal responsable (aunque no el único) de llevar a buen término los trabajos que allí se realizan.
            Una logia esta jurisdicciónada a lo que se conoce como Gran Logia, misma que le da fe y aprobación de su estatus de regular a un conjunto de logias, evitando con ello la adulteración de los ideales de la asociación.        
            En los capítulos dos al cuatro, Morgan hace un recorrido sobre las enseñanzas simbólicas de los tres primeros grados masónicos, su interpretación y su utilidad diaria.
            Giles Morgan, hace alusión a la Ceremonia de Iniciación donde el Candidato se perfila hacia la “muerte”, lo que demuestra su excelente disposición a transitar en un laberinto simbólico de experiencias únicas e inefables en pos de la construcción de su templo espiritual.


            Si bien, uno de los antecedentes más confiables del origen de la Orden masónica proviene de la época en que los canteros (conocidos entre los masones como “operativos”)  trabajaban al pie de las Catedrales que construían; la evolución propia de la actividad de la construcción así como los adelantos propios de la ciencia, propicio que muchas personas ajenas al ámbito de la edificación se sumara a las filas de estos constructores de abadías medievales bajo la denominación de hermandad “especulativa”.
            Gracias a la parte “especulativa”, los miembros de la logia pudieron comprender y acceder a las llamadas ciencias liberales, que si bien siempre han estado presentes en muchas religiones desde tiempos inmemoriales, aquéllas analizadas y practicadas desde un punto de vista moral, contribuyen en la edificación espiritual del Iniciado. Por lo general las ciencias liberales son: la retórica, la gramática, la geometría, la música, las matemáticas, la astronomía y la lógica.    
            Para la inmensa mayoría de la hermandad masónica, los tres primeros grados constituyen la norma por antonomasia.
            El Tercer Grado o Maestro Masón es ricamente expuesto en el libro por medio de sus elocuentes ilustraciones a todo color, mismas que van acompañadas de una explicación tanto histórica como esotérica por parte de Morgan, quien reconoce no ser miembro de la Institución pero si un interesado leal a sus enseñanzas.  
            El capítulo 5 “Raíces históricas”, busca desentrañar de manera más rigurosa, por una parte, y sintética, por otra, los antecedentes que dieron origen tanto al ritual como la metodología masónica.
            El origen, por diferentes frentes, más remotos de la masonería que destacan son los siguientes:
            La vía egipcia a través de la persona de Hermes Trimegistro.
            Otro sendero sugerido es aquel que sostiene que el matemático y filósofo griego Pitágoras está relacionado con las raíces de la masonería.     
            Un tercero mantiene que el pensamiento gnóstico pudo haber desempeñado una función importante en el nacimiento y evolución de los masones.
            Otra vertiente y muy discutible aseveración sostiene que la masonería podría proceder de la antigua secta judía conocida como los esenios.
            Un cuarto origen lo advertimos en los paralelismos entre lo que se conoce como mitraísmo, toda vez que el mitraísmo y la masonería comparten la idea de que sus miembros deben pasar por fases de desarrollo.    
            El último de los posibles orígenes destacables es aquel que relaciona a la masonería con los druidas del mundo celta, que habrían ocupado grandes extensiones de la actual Europa Occidental durante la Edad de Hierro.
            Asevera el autor:
            “La naturaleza secreta de los rituales y las costumbres de los druidas, la memorización de las leyes arcanas, su posición de poder en el seno de sus respectivas sociedades y su creencia de que la muerte física va seguida de un renacimiento son elementos en común con la masonería”.    
            El capítulo 6 “Los Caballeros Templarios” y su relación con la masonería es la teoría más popular sobre los orígenes de la Sociedad Secreta más afamada de la historia. Su vinculación se remonta hasta las cruzadas de la Edad Media. La Orden del Temple estaba integrada por monjes guerreros conocidos como caballeros templarios o, simplemente, los templarios. “Algunos acontecimientos supuestamente históricos en torno a la construcción del templo de Salomón son la clave para los rituales masónicos. Los caballeros tomaron su nombre de ese templo porque el rey Balduino II, patriarca de Jerusalén, les concedió alojamiento en el emplazamiento en el que se había erigido. Knight y Lomas sostienen que el conocimiento secreto transmitido a lo largo de la historia por grupos distintos fue descubierto por los templarios en el emplazamiento del templo”.  
            Con el tiempo, la Orden del Temple acumulo riquezas, poder político e influencia a nivel internacional. Era inevitable que una organización así no acumulara enemigos tanto en el orden político como religioso. De tal manera, Felipe IV ordenó el viernes 13 de octubre de 1307 arrestar a todos los templarios de Francia imputándoles cargos de blasfemia, sodomía y herejía. Según la creencia popular, la superstición de los viernes 13 como días de mala suerte se originó con la detención de los templarios.
            “A las afueras de la catedral de Notre Dame, en París, fueron declarados herejes y sentenciados a pasar el resto de sus días en prisión todos los templarios detenidos. Jacobo de Molay, líder máximo de los “herejes” fue quemado en la hoguera junto con su lugarteniente Charnay. Se dice que Jacobo de Molay, durante su proceso de muerte, declaro reiteradamente la inocencia de la Orden y dijo que Clemente (el Papa) y Felipe el Hermoso serían llamados a la presencia de Dios antes de que terminase el año. Tanto el Papa como el monarca murieron en menos de 12 meses”. Algunos aseguran que los templarios-masones habían puesto en práctica lo que con el tiempo se conocerían como “grados de venganza”, lo que mantenía sin tacha la memoria de su líder, quien había sido víctima tanto de la codicia del papado como de la avidez de la oligarquía francesa
 
            Los capítulos 7 y 8 dan testimonio del progreso de la masonería en Europa en todas las ramas de lo humano. La segunda fase, la especulativa, fue determinante para ello.
            “Uno de los grupos más influyentes durante el Renacimiento, en el que participaron masones en activo, fue el denominado Colegio Invisible. Esta sociedad de artistas y filósofos fue creada en el siglo XII e incluía entre sus miembros a figuras tan distinguidas como Robert Boyle, Francis Bacon e Isaac Newton. La sociedad ofrecía un espacio para la discusión y el intercambio de ideas acerca de temas relacionados con la ciencia, la alquimia y diversos conceptos esotéricos. Sin embargo, el ambiente religioso y político reinante convertía la discusión en una empresa peligrosa”.
            “El año 1717 es clave en la historia de la masonería, pues marca el momento en que el Oficio se convirtió en una organización mucho más reconocida y expuesta al público”.          
            El capítulo 8 “Norteamérica” destaca el significativo número de signatarios en la Declaración de Independencia de Estados Unidos que pertenecían a la masonería. De los 56 signatarios, 15 eran masones reconocidos, destacándose George Washington y Benjamín Franklin.  
            En la época de la Revolución norteamericana había masones en ambos bandos.
            “La masonería prosperaría en Norteamérica, lo que llevo a adoptar dos modalidades adicionales de grados masónicos para que los Maestros aprendieran más acerca del Gremio. A los candidatos que han superado las tres primeras etapas de la evolución masónica de la Logia Azul (Aprendiz, Compañero, Maestro Masón) el Rito Escocés les ofrece la oportunidad de progresar en una organización de 30 grados adicionales. Las Grandes Logias de Norteamérica reconocen el Rito Escocés (los grados filosóficos) como una extensión de los tres grados tradicionales.
            Capítulo 9 y último. “La Época Moderna”.
            “A pesar de que una gran variedad de celebridades han sido masones, entre las que se incluye a figuras como Winston Churchill, Oscar Wilde y el actor, John Wayne, la imagen pública de esta Orden en la época moderna con frecuencia ha sido negativa. Las abundantes teorías de conspiración que implican a la masonería en proyectos para dominar al mundo han convertido a los masones en blanco de la intolerancia y el fanatismo”.
            La masonería en la época moderna ha sufrido persecución y muerte entre sus miembros. Se estima, por ejemplo, que entre 80,000 y 200,000 masones fueron aniquilados durante la Segunda Guerra Mundial, por los regímenes autoritarios.
            Un líder de esta época, Franklin D. Roosevelt, que era masón, sugirió que variada simbología masónica apareciera en el billete de un dólar.
            “Los temores que siguen suscitando las sociedades secretas como la masónica tal vez quedan mejor reflejadas por la forma en que la cultura popular describe a este tipo de grupos”… sin embargo, “los masones de todo el mundo continúan trabajando silenciosamente en beneficio de todas las personas buenas sin buscar compensación o reconocimiento alguno, algo que responde a los principios sentados por los padres fundadores”. Es cuanto. ▲
 
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