COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  HORIZONTES MASÓNICOS
 
Reseña Bibliográfica (29) noviembre/2010
 
Armando Castillo Romero
 
 
Zeldis, León. Horizontes Masónicos. España, Nous, 2009. 155 p. Col. Al-Gadú. Historia-Divulgación.     
 
 
Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo”.
Plutarco
 
 




Don León Zeldis, me hizo llegar un lote de libros de su autoría en el que se encuentra Horizontes Masónicos.

Hace algunos años, un amigo-cofrade me obsequio un libro de León Zeldis. Posterior a su lectura lo contacte, y desde entonces, mantengo un intercambio epistolar-electrónico poco frecuente pero no carente de fraternal admiración y respetuosa franqueza. 

            León Zeldis (LZ) es un destacado miembro de la Masonería mundial, ejerció en su tierra natal, Israel, el cargo máximo en la escala de funcionarios masónicos. Jerarquía que no es solo cuestión de vacua vanidad sino un avance de tomas sucesivas de conciencia desde que se es Iniciado masón hasta el honroso cargo de Soberano Gran Comendador.

            Su afiliación es larga y fructífera, tal como se atestigua en el libro que gentilmente me dedico. En él encontramos una visión panorámica de la Masonería desde sus orígenes, las vertientes predominantes dentro del simbolismo masónico, entiéndase el Rito Escocés y el Rito de York, testimonios ejemplares de actitudes tomadas por personalidades pertenecientes a la Orden masónica, así como un ejemplo concreto de que se puede convivir, en la sociedad actual, en medio de las discrepancias.

            Horizontes Masónicos consta de veinte capítulos que van desde la interpretación del proceso Iniciático hasta la adquisición vital (concebida una herramienta útil)de la doctrina Masónica como una brújula para la vida
 

 
            En las palabras introductorias, LZ destaca la invención de la Institución Masónica como “un fenómeno singular en la historia de la civilización occidental”. Quizá para el neófito en los menesteres masónicos está afirmación este fuera de lugar, pero como el lector avanza en la lectura, descubre que no es así.    

  
            Los capítulos: “El Proceso de Iniciación”, “La Cámara de Reflexión”, “El despojo de los metales”, “El laberinto”, entre otros, muestran, sin llegar a una indiscreción censurable, el camino que debe de transitar el nuevo adepto a la Masonería para el desarrollo ético de sus miembros a travésdel estudio de símbolos, alegorías y mitos.   
            Porque es a través del estudio de la simbología masónica, y de la práctica consciente y responsable de ese estudio, que el ser humano deja de ser un juguete del destino, construyendo su proyecto de vida de manera libre, racional, consiente y abierto a la universalidad. El “yo” deja de ser rehén de todo tipo de fuerzas oscuras e irracionales. 

   
Nunca se podrá desarrollar el espíritu del recién Iniciado sin el estudio correcto de la simbología que le rodea.

            LZ como jerarca masónico, es conocedor tanto de su teoría como de su praxis, pues en el libro se hace énfasis en la manifestación externa de las enseñanzas que se adquieren al interior de las logias en un ambiente de discreción y apoyo fraternal.  


            Si bien los masones se educan en la solidaridad mutua, en un ambiente cobijado con el manto de la razón, y liberados de cualquier dogmatismo; las enseñanzas adquiridas, inequívocamente, deben de incidir en la actividad social con una finalidad constructiva y comunal. 

 
            Se busca, deliberadamente, el espacio público que es reservado para el debate, para lo que se puede compartir, “poner en el centro”, para retomar la bella expresión de la democracia griega.

Si no hay debate no hay alternativas.

Es por medio del trabajo comunitario que se fomenta en las logias masónicas como los cofrades combaten, en primera instancia, el individualismo que atenta contra el individuo mismo.

            Porque la característica peculiar a la que hace alusión el autor con respecto a la Institución masónica se enfoca tanto en la “construcción” del carácter propio del masón como en la búsqueda, ya sea individual, ya sea colectiva, de una vida civilizada regida por la Razón y temperada por la Prudencia.

El recorrido histórico que hace el maestro Zeldis en su más reciente obra, es un acto de reconocimiento (de él y de muchos como él) a la Institución a la que pertenecen como legatarios de una tradición euro-occidental riquísima, grandes herederos de la Sabiduría Humana, que no busca otra cosa que construir un mundo mejor en términos humanos.

Porque la tradición no está reñida con la modernidad y ésta con aquella, pues al igual que con la teoría y la praxis, se busca una síntesis que beneficie el quehacer humano en todas sus variantes, resultantes muy ajenas para los amantes del pensamiento único. Todo lo anterior no es sólo una “bella” teoría sino una realidad tangible como nos lo explica en el capítulo 17: Árabes y Judíos en la Masonería Israelí: Donde los ideales forjan la realidad...    

 
“Uno de los pocos lugares donde el conflicto Palestino-Israelí no ha logrado destruir los lazos de amistad y respeto mutuo entre miembros de las dos comunidades que comparten Tierra Santa son las logias masónicas.

Pese a las problemáticas relacionadas entre comunidades árabe y judía, la Gran Logia Nacional de Palestina realizó constantes esfuerzos por atraer candidatos a ingresar de todas las comunidades: judía, cristiana, musulmana, armenia y drusa.   

 
Solo con la creación de la Gran Logia del Estado de Israel, la Masonería en Tierra Santa pudo unirse finalmente bajo el mismo techo. Todas las logias de la Gran Logia Nacional Palestina se integraron a la nueva Gran Logia, y lo mismo hicieron las logias de habla inglesa y alemana. Lingüísticamente hablando trabajaban 19 logias en hebreo, 5 en alemán, 4 en inglés y una cada uno en romano y árabe. Hoy trabaja la logia ‘Fraternidad’ en castellano”.     

La convivencia, nos relata LZ, entre árabes y judíos se prolonga fuera de los centros de reunión de los masones, convivencia en la que se involucran esposas, fomentando con ello una hermosa convivencia, pese a los actos de terrorismo de todos conocidos. ¿Qué mejor demostración puede haber, que practicando la tolerancia y la fraternidad es posible sobreponerse a las diferencias políticas y religiosas?


“El papel que ha desempeñado la Masonería en Israel demuestra que, existiendo una base de racionalismo y humanismo, se puede edificar la convivencia entre grupos humanos separados por el idioma, la religión y la etnia. La Masonería israelí da prueba fehaciente de que la paz entre los pueblos no es una utopía, sino que sólo es preciso el esfuerzo individual de cada persona de buena voluntad, y el trabajo mancomunado de todos quienes desean construir un mundo mejor, de paz, libertad y progreso”.

La construcción de la Paz, en un ambiente donde todo está puesto para la guerra, es sin duda una contribución más de la Masonería Universal al género humano. Porque en logia se muestra que la contribución de todos los diferentes es un paso más hacia la obra que a todos les es común.

El ambiente de igualdad que promueve la Masonería entre sus miembros, es una igualdad que se entiende como igualdad simbólica y no como igualdad real. Si todos son iguales es porque son igualmente libres (dentro y fuera de la logia) y no porque sean realmente parecidos. 
 
 
La Masonería (la unión de lo antiquísimo con la modernidad) a la que hace referencia el maestro Zeldis no es otra cosa que la suma de esfuerzos mayúsculos de unos cuantos que: a) no ignoran lo positivo de tradiciones propias y ajenas, pero que, como Jano --sin menoscabo del pasado-- ven hacia el futuro en la anticipación de la Gran Obra en la que todos tienen que seguir participando desde la más modesta de las trincheras. 

Construcción de una comunidad, primeramente local, y posterior, global, que inicia con la construcción de cada uno de los miembros de la Gran Comunidad.

Descubrimiento y construcción de uno mismo que solo da frutos en la diversidad. Porque como ya lo hemos plasmado en otro escrito, y con ello coincidimos con LZ, la Orden Masónica, desde sus orígenes, ha sido una institución en la que la pluralidad es una de las características más apreciadas.

Ya en el inicio, ya en el final de la lectura, el autor subraya la importancia del simbolismo masónico (de su rica, libre y particular interpretación) como herramienta auxiliar para la guía y control tanto de nuestros pensamientos como de nuestras acciones, mismas que no deben de carecer ni del carácter ni de la determinación para su ejecución responsable.

La elaboración de este libro lleno tanto de bibliografía como de biografía, da a las nuevas generaciones de masones un rico testimonio del que los más alertados sabrán sacar provecho de una larga ejecutoria en las filas de tan Augusta Institución. Maestro León Zeldis, muchas gracias. Es cuanto.▲
 
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