COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  MACARTHUR: MASÓN, SHRINER, LÍDER
 
MacArthur: Masón, Shriner, Líder
Gerardo Reyes Salgador


Douglas MacArthur 33º
: Militar estadounidense líder en las operaciones americanas en el pacífico durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945). Hijo de un Teniente General, Douglas Mac Arthur nació y se crió en el ambiente militar. Ya adolescente asistió a la Academia Militar de Texas Oeste y luego, en 1898, entró a la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, donde obtuvo calificaciones sobresalientes. Actuó como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en el Teatro Suroeste del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945), lideró las fuerzas de las Naciones Unidas que defendieron Corea del Sur en 1950 - 1951 contra el intento de Corea del Norte de unificar el país por la fuerza. Alcanzó el rango de General del Ejército, uno de los cinco que lo han ostentado en la historia de los EEUU. Douglas Mac Arthur es el militar más condecorado de la historia de los Estados Unidos y también el más controvertido, admirado por unos y criticado por otros.
 
 

"Nunca de órdenes que no puedan ser obedecidas." -McArthur

 

P O E M A

Dame, oh Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo
es débil, y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando
sienta miedo; un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada,
y humilde y magnánimo en la victoria.

Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el
pecho; un hijo que sepa conocerte a Ti...y conocerse a si mismo, que
es la piedra fundamental de todo conocimiento.

Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil sino por
el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos. Allí déjale
aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por
los que fallan.

Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos;
un hijo que se domine a si mismo antes que pretenda dominar a los
demás; un hijo que aprenda a reír pero que también sepa llorar, un hijo
que avance hacia el futuro pero que nunca olvide el pasado.

Y después que le hayas dado todo eso, agrégale, te suplico,
suficiente sentido del buen humor, de modo que pueda ser siempre
serio pero que no se tome a si mismo demasiado en serio. Dale
humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera
grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansedumbre
de la verdadera fuerza.

Entonces yo, su padre, me atreveré a murmurar: "No he vivido en vano".

 

 
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