COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  RESEÑA: LOS NEGOCIOS DE PEDRO
 
LOS NEGOCIOS DE PEDRO
 
Reseña por: Armando Castillo Romero
 


Doménico Mantuano. Los negocios de Pedro. Vaticano: política, armas, poder. México, Editorial L.D. Books, 2009. 165 p.: il. Col. Conjuras. Semblanzas. Historia-Divulgación.
 
“Pero a los amigos no se les busca defectos,
sobre todo si coinciden en parte con los de uno”
 
            En estas fechas en que han salido a la luz pública (católica, en su mayoría) los excesos y abuso sexuales de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios (¿Millonarios?) de Cristo en agravio de menores, algunos de ellos, hijos consanguíneos, sale al mercado editorial el libro de Doménico Mantuano, Los negocios de Pedro. Vaticano: política, armas, poder; que más que echarle más leña al fuego, solo es otra muestra de los “caminos torcidos de Dios” por parte de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (¿Castolica, Apostólica y Re-mona?) con sede en la ciudad del Vaticano.
 
            El libro de DM, es un libro donde el análisis tiene un transfondo muy riguroso y una forma de lenguaje accesible para el neófito en asuntos de Iglesia-Poder-y-Mafia.
 
            Durante su lectura, el lector irá hilando la relación del Vaticano con las dictaduras latinoamericanas, los compromisos mutuos entre los Vicarios de Cristo y la CIA, y de ésta con las mafias italianas; su complicidad con el mundo de las finanzas y la usura, así como la ayuda, a través de sus brazos seculares, para el derrumbamiento del Comunismo.
 
            “La humildad no da réditos”, “A Roma lo que es del César”, “Algo huele mal en Roma”, son solo tres títulos de los 7 capítulos de los que se compone este ejercicio de denuncia y reflexión.
 
             No es casualidad, que este título salga en la Colección “Conjuras”, donde participan especialistas en la materia y cuyo ojo crítico, en un mundo de banalidades y manipulaciones, no se contenta con una primera mirada.
 
             Acotaciones preliminares del autor:
             “Pero a lo largo de toda la presente obra el lector atento percibirá un hilo conductor que, con seguridad, se le hará innegable: el dinero como objeto de preferencia, como fin en sí mismo y no como medio. Y cuando hablamos de dinero, hablamos de poder”.
 
             “Nuestro cuidado atiende a la respetable sensibilidad de millones de creyentes, cuya fe nada tiene que ver con mundanas tentaciones ni inclinaciones reñidas con una luz que viene iluminando el mundo ya desde hace muchísimo tiempo. Sabemos lo doloroso que puede resultarles a muchos católicos conocer en detalle lo ocurrido en el período tratado. Pero, como Giordano Bruno, sólo contamos lo visto, y como dijo Jesús (Jn. 8, 32): Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
 
             Todo empieza en el Vaticano.El Estado de la Ciudad del Vaticano es un pequeño territorio de 0,439 kms2, ubicado en el Trastevere romano. Lo habitan 900 personas, y alberga en su seno, maravillas arquitectónicas y artísticas de gran envergadura, así como la sede del gobierno (Santa Sede). Formalmente es una monarquía electiva y absoluta, con el Papa a la cabeza; un secretario de Estado, en calidad de segundo al mando; un gobernador en el siguiente peldaño de la jerarquía, y distintos órganos vicarios que cumplen funciones ejecutivas, legislativas y judiciales delegadas por el Papa (el Estado Vaticano no está formalmente dividido en tres poderes).
             Con respecto a los dineros el autor dice:
             Económicamente, el pequeño Estado que cobija al gobierno supremo de la Iglesia Católica se sostiene a partir de los aportes de los propios fieles en concepto de donaciones, de los concordatos, o sea los acuerdos con distintos Estados que, por ley, financian a la Iglesia Católica.
 
             Después de una larga historia de desavenencias entre el Poder secular y la Iglesia de Roma, la “reconciliación” entre la Iglesia Católica y el Reino de Italia se produjo bajo el régimen fascista tras la firma del Pacto de Letrán. 
 
             Durante este proceso de arreglo, venía caminando Giuseppe Tovini, un gran reformador con vocación eclesiástica y un enorme sentido práctico que se casó y tuvo diez hijos. Su eminente sentido de la realidad lo llevo a ser un capaz político local, co-fundador de cajas de ahorro, así como ser el creador de los Bancos San Pablo en Brescia y el Banco Ambrosiano en Milán.    
            
              Enfatiza Doménico Mantuano:  
             “Alejar los dineros de la Iglesia de la voracidad mercantil de los bancos comerciales había sido para Giuseppe Tovini una preocupación de larga data. Para Tovini, los recursos de la Iglesia que no eran operados a favor de los más desposeídos, eran recursos que no estaban al servicio de Dios”. Monseñor Tovini murió en 1898, y lo esencial construido por él, nada se reivindico ni quedo después de su muerte.
 
             Pío XI firmó la paz con el fascismo italiano y dio un giro de 360° a la misión terrenal de los recursos vaticanos, sin embargo, siete años antes había puesto a cargo del manejo de las finanzas “sagradas” a un hábil y muy capaz hombre financiero: Bernardino Nogara.
 
             Nogara no era sacerdote. Poseía habilidades financieras y contactos que le permitían incrementar por mucho los recursos que le encomendaban, era un súper-hombre en el mundo de las altísimas finanzas. Le había arrancado a Mussolini una cláusula que marcaba la exención de impuestos que regía para el Estado Vaticano y… para las empresas que eran propiedad de la Iglesia.             
                                   
             “En 1935, Italia invadió Etiopia y las empresas controladas por Nogara y financiadas por el Vaticano (Reggiane, Compagnia Nazionale Aeronautica y Brenda) se convirtieron en los principales proveedores de armas y municiones del Ejército italiano”.
             “Negocios, política, inversiones financieras y acuerdos bélicos entraban sin tocar la puerta a ese pequeño territorio recostado sobre la margen derecha del río Tíber”. “No quedaba así ámbito rentable, económico o financiero, donde no hubiera hombres hábiles incrementando las ganancias del terrenal Reino de Dios”.
             Pero el dúo compuesto por los fascismos y el Vaticano no solo abarcaba las cuestiones de las altas finanzas, ya que también abarcaban movimientos sociales pro-derecha. Para muestra un nombre: Ante Pavelic.
 
             Ante Pavelic fue un sanguinario terrorista croata al servicio de los nazi-fascismos. Con la anuencia de los dictadores instaló en Croacia una dictadura de ultraderecha tan sangrienta como racista. Después de haber sigo ungido Pavelic, éste se reunió con Alojzije Stepinac, arzobispo católico-croata-romano, quien colmaba de elogios al nuevo “líder”. ¿Motivo de la reunión? La limpieza étnica y la conversión forzada al catolicismo por medios ultra-violentos. La limpieza en cuestión no tenía precedentes ni punto de comparación con las atrocidades nazis, que para el caso, eran “niñerías”. 
 
             Al respecto, enfatiza el autor:
             “La experiencia croata, si bien fue la más cruenta, no fue ni la primera ni la única. La idea de Estados clero-nazis, o clero-fascistas, parecían calzarle como anillo al dedo tanto a las aspiraciones del Führer y del Duce como del (demasiado) mesurado Vaticano”.
 
             La historia yugoslava se repitió en Checoslovaquia y demás naciones donde puso pie el nazi-fascismo-clerical.
 
             Mientras transcurría la guerra, el poder vaticano, con Pío XII a la cabeza, decía ignorar los atroces acontecimientos donde se menoscabo la vida humana de judíos, croatas, bosnios, católicos, masones, entre otros.
 
             Terminada la guerra, algunos “limpiadores” acabaron en la horca, otros, los más, se transportaron con tesoros, impunidad y nuevas identidades a naciones donde la extradición era cosa más que imposible, entre ellos, Pavelic.
 
             En un ambiente militar-y-de-derecha, José María Escrivá de Balaguer, fundaba la Opus Dei, la Obra de Dios, la cual tomo cuerpo y creció al amparo de la dictadura militar-clerical de Francisco Franco. Era pues, otro dique contra el comunismo y la punta de lanza a favor de la derecha internacional que deseaba infiltrarse en los grupos hegemónicos a nivel mundial, una transnacional pues.
 
             La Opus Dei no tiene bienes a su nombre, se maneja a través de corporaciones pantalla. Salvó financieramente a la Santa Sede tras el escándalo del Banco Ambrosiano.  
 
             Permanencia en el cambio puede ser una frase que le queda perfecta a la Santa Sede, misma que en la post-guerra comenzó a mudar de traje.
 
             Doménico Mantuano lo dice inequívocamente:
             “Los Estados Unidos ya no eran aquella confederación masivamente protestante”. “Los ámbitos de Dios y del César se mezclan hasta fundirse”.
 
             Mafia-Dinero-y-Poder es una trilogía que necesita de muchos contactos, mucha complicidad y de un auténtico secretismo.
 
             En el libro se relata la existencia de una “logia masónica“ (nótese las entrecomillas) en las que se reunían los miembros del poder político, el poder económico y los poderes fácticos. Esta pseudo-logia era de Propaganda Due (P2) liderada por Licio Gelli… “Aunque a decir verdad, el vínculo de P2 con la masonería es decididamente controversial, y el de Gelli con los masones mucho más”. Escribe Pepe Rodríguez:
             “Gelli se afilió a la masonería italiana en 1965, pero muy pronto se dedicó a organizar toda una trama de poder y corrupción a espaldas de sus hermanos, aunque gozando del soporte fundamental del ingenuo y pretencioso Salvini, Gran Maestro del Gran Oriente de Italia”.
 
             Continúa Pepe Rodríguez:
             “Mediante un chantaje expulsó a Salvini y logró que se lo nombrase Venerable de la Orden. Desde esa posición, pudo ya proseguir con la construcción del Reaggruppamento P2, que no era una logia sino un círculo privado gestionado sólo por Gelli y donde, con absoluto desconocimiento del GODI (Gran Oriente de Italia), iniciaba, a quienes conformaran su mafia de poder e influencias”.
 
             Con el tiempo se sabría en todo el mundo las triquiñuelas, de alto nivel, a las que se dedicaba la P2. Así mismo se supo que la P2 fue creación de la CIA destinada tanto para desestabilizar de manera encubierta ciertas acciones como para hacerse de dinero ilícito que era enviado a los sindicatos polacos, “Solidaridad” en especial, para luchar en contra del régimen comunista.
 
             Uno de los miembros distinguidos de la P2, Roberto Calvi, el Banquero de Dios, fue encontrado colgado del puente “monjes negros” en Londres… Sabía demasiado… 
 
             Mientras tanto, Karol Wojtyla, Juan Pablo II, era ungido como nuevo Papa quien sustituía a Albino Luciani, Juan Pablo I, quien había muerto de manera repentina en su recamara… Un Papa polaco contra la Rusia-Comunista.
 
             Los intentos de Juan Pablo I de limpiar las anomalías vaticanas se habían esfumado con él.
             Cuestiones finales, el autor:
             “Hablar de estos hechos en tiempo pasado obedece a una fidelidad histórica, no a una ingenua creencia en su superación.
 
             Los negocios, el poder y el anticomunismo como un emergente amalgamador fueron los tres elementos que a lo largo de casi todo el siglo XX unieron a los socios que hemos visto a lo largo de esta obra: religión, política y delincuencia.
 
             La Iglesia no Es Dios, ni Dios se expresa a través de una iglesia, sea ésta del signo que sea, y represente la fe que represente. Más allá de todas las posturas que a lo largo de la historia procuraron rebatirlo, Dios, según la forma que cada creencia quiere darle, seguirá siendo parte de la vida cotidiana de los seres humanos; no hace falta reglamento alguno”. Es cuanto. ▲ 
 
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