COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  EL TEMPLO DE LA VERDAD
 
“EL TEMPLO DE LA VERDAD”
La Verdadera Doctrina Francmasónica
Autor: A. MICHA
Editorial  BERBERA
 
g.r.salgador & Juan Carlos Gómez
 
 
¡Conócete a ti mismo!
 
“No es esta, cosa de poca monta; es la más importante de todas cuantas se presentarán ante nosotros en la tierra; porque que él que logra conocer la gran individualidad latente y oculta que él llegaría a ser, alcanza el coronamiento del maravilloso edificio humano. Una vez este fin logrado, está ya a salvo; ya ningún sufrimiento puede influenciarle; y del mismo modo que la copa de cicuta no asustó a Sócrates, nada puede perturbarle, es ya Maestro. Ya no vive de las infantiles ilusiones de este mundo, sino de una vida mucho más grandiosa y que ninguno de nosotros, que a su lado somos niños aún, hermanos muy jóvenes, puede concebir. Ya no vive para él y sólo en él, vive en todos y para todos, porque sabe que todos son Él mismo, viviendo dentro de la misma y única Ley, de la misma y única Esencia, la suya, la vuestra, la de todos, lo único que representa el fin de nuestra peregrinación, de nuestros esfuerzos y de nuestras ilusiones en este mundo. Y esto es amor, la hoguera que arde en nosotros mismos, la llama, la luz hiperfísica depositada en lo más hondo del maestro interior. Nuestro deber consiste en acrecentar constantemente su sensación y su poder, de lo que se logra bien, aunque lentamente al principio, por el proceso evolutivo o el dolor de la larga experiencia, y después ya más rápidamente, por la purificación consciente del ser, hasta su iluminación completa y su unión indefectible con esta pura esencia, energía desconocida o vida universal…
Esta instrucción se refiere a lo mismo de que habla la doctora Bessant en su método de Iniciación y lo llevamos al dicho:
 
LA EXPLICACIÓN OCULTA DEL NOSCE TE IPSUM
" EL AUTO-CONOCIMIENTO"
 
El conocimiento directo del YO, tanto universal como individual,
ya que el uno es la imagen del otro.
 
 
Cuando ¡oh, discípulo! Habrás penetrado en el templo interior, oirás la voz del Maestro que te hablará:
Voz silenciosa, voz inaudita, llena de verdad, de sabiduría y de claridad y tan dulce al corazón, que quisieras estar escuchándola siempre.
Y cuando el Maestro te hablará, sabrás que Él es el camino, la verdad y la vida.
El camino, porque conocerás que el que antes seguías, no era el verdadero.
La verdad, porque comprenderás que lo que tomabas por verdad no lo era.
La vida, porque conocerás que lo que tú creías vida, sólo era la muerte.
Sabrás entonces que el Maestro está en ti, y que lo que consideraste como tú mismo no es más que tu instrumento de experiencias.
Y saldrás fuera de ti, como de ti sales después de un largo sueño.
Serás como el perfume que emana de la flor, contenido en ella antes de abrirse.
Y flotarás por encima de la flor abierta.
Y percibirás el tiempo que la Eternidad ofrece ante nosotros.
Y te parecerá que si te has dormido durante la vida humana, es porque tenías el ansia de pasar de la inconsciencia a la consciencia, sabiendo perfectamente que si descendías a las profundidades de la inconsistencia para explorarlas, era porque estabas seguro de remontar un día hacia la luz.
Entonces te preocuparás del buen estado de tu cuerpo y de tu alma, porque comprenderás que no es posible ver a través de un anteojo mal construido y grosero, ni ver bien a través de un cristal sucio.
Distinguirás netamente la consciencia de la inconsciencia y verás que entre ambas existe algo que no es ya la inconsciencia, pero que no es aún la consciencia.
Y no te extrañarás de aprender que la consciencia devora la inconsciencia y que cuanto más devora, más le queda por devorar.
Verás detrás de ti inconsciencia que ha sido consciencia y delante inconsciencia que será consciencia.
Y el círculo inconsciente hacia el cual avanzas será consciente cuando habrás entrado en él.
Y una vez en él, sabrías que lo que habrás tomado por consciencia no era más que inconsciencia.
Porque alrededor del centro de halla la consciencia, y el universo es el laboratorio donde trabaja la inconsciencia para transformarse en conciencia.
En tanto no habrás alcanzado el centro del equilibrio y de reposo, continuarás siendo el instrumento de la transformación.
En el universo sólo hay fuerza, tú mismo no eres más que fuerza, nada hay fuera de ti.
En la fuerza, se condensa la actividad, cuanto posee hambre de expansión; también sustenta lo pasivo, lo que anhela reposo.
Uno significa actividad; otro la inercia; causa de ser el primero la causa de no ser el segundo.
La fuerza es una causa y sus dos aspectos: uno es causa de movimiento, el otro de la inmovilidad o reposo.
Pero entre ambos, existe el aspecto conocedor por el cual lo inconsciente se transforma en consciente.
Y estos tres aspectos forman el TAU.
Tú, que eres la fuerza de triple aspecto, tú has sido lo que no tiene aspecto, y esto es PARABRAHAN.
Y tú te has dormido en el no-ser, en un punto de ti mismo, cuando en este punto han empezado a germinar las tres potencias del Ser.
Tú fuiste entonces la fuerza ciega.
Por tu potencia activa, fuiste la atracción universal.
Por tu potencia pasiva, fuiste inercia.
Por tu aspecto conocedor, fuiste el espacio y el tiempo.
Y fuiste esto, porque te dormiste en todos los aspectos de ti mismo, y en todos ellos las tres potencias nacen en relación las unas de las otras; el activo y el pasivo de un punto y su aspecto conocedor se fundieron juntos, y esto formó el TRIÁNGULO.
Al principio, hubo frente a frente dos aspectos de ti mismo que no se conocían y el aspecto activo del uno fue recíproco, y al satisfacerle, de dos no hicieron más que Uno.
Cuando Dios fue Uno, la triple potencia que era Uno, se transformo en Dos.
 
·         EL TAU SE TRANSFORMÓ EN CUADRADO
Pero tú no te diste cuenta de ello, porque lo que podía ser percibido era CERO.
Y al repetirse esto por todas partes, lo que en ti era el aspecto conocedor se transformó en un hilo circular sin movimiento al principio, pero siempre sin principio ni fin (el hilo).
Este hilo, estaba cortado,, periódicamente, por puntos de no-perceptibilidad que fueron centros neutros o de laya, en los cuales el sueño reina eternamente.
Hubo una cantidad tal de estos hilos conocedores, desarrollados en círculo, que esto formó una esfera.
Y tú tuviste la posibilidad de estar en todos los puntos de esta esfera.
 
·         EL HILO CONOCEDOR
Este fue el resultado de la doble fusión.
Las potencias activas y pasivas devoradas, tú tuviste hambre aún.
Como la suma de ambos sólo te daba el conocimiento del neutro, del laya o del sueño, tú te combinaste por tres.
Lo que era tres se transformó en uno.
Así de la TAU NACIÓ EL TRIÁNGULO.
El activo devorando el pasivo, la variación, es decir, la expansión nació en A, en B, en C y el triángulo giró en el sentido A, C, B.
Como el pasivo y el activo se equilibraban en A, B, C a cada instante, la Deidad tuvo de este modo el aspecto neutro.
Así nació el doble movimiento circular y entre los dos hubo un círculo neutro.
Por el triple aspecto conocedor, colocado en P, tú tuviste conocimiento de la Deidad alrededor tuyo.
Y este punto P, lo colocaste en un punto del hilo conocedor y entonces resultó.
A medida que el círculo giraba disminuía de diámetro, y como lo hacías avanzar a lo largo del hilo conocedor, esto formaba una esfera y sobre esta esfera hubo como dos serpientes enrolladas en sentido contrario.
Pero a medida que la esfera disminuía, notabas que te devorabas a ti mismo; y como tenías hambre de expansión, hiciste que las dos esferas se tocasen, y en el punto de contacto se produjo la Luz del Ser; la inconsciencia se transformó en consciencia y el grande devoró al pequeño.
A medida que se iban absorbiendo las esferas, la del centro en donde te hallabas se agrandaba a la vez que el campo de la triple percepción, y cuando no había ya nada que devorar disminuía.
Y esto pareciese a una respiración.
Pensaba eso en todos los puntos de ti mismo en donde querías encontrarte; tu respiración se extendía hasta lo infinito, y por todas partes donde pasaba, sucedía que:
La triple percepción se verificaba siempre en un plano perpendicular al hilo conocedor.
ESTE HILO FUE ENTONCES COMO UNA CUARTA DIMENSIÓN.
A medida que el hilo conocedor habrá recorrido un mayor número de los incidentes de la Deidad, tu conciencia crecerá y llegará un momento en que te parecerá que tú eres un Dios, un Dios que despierta.
Y cuando despiertes en alguno de los puntos de ti mismo, dormitarás en los otros.
Lo que desde el punto de vista del no-ser está despierto en ti, duerme desde el punto de vista de la Deidad, y lo que duerme desde el punto de vista del no-ser está desierto en la Deidad.
Así tu habrás conocido el Ser por todas partes donde lo habrás encontrado, y después de haberlo matado siempre, habiendo recorrido el ciclo conocedor, tú poseerás en uno de los puntos de tu mismo la plenitud del serás en uno de los puntos de ti mismo a plenitud del no-ser, y entonces en este punto existirá el NIRVANA.
Y como hay un número infinito de estos puntos, tú respirarás eternamente.
Crea el Ser por medio de tu aspecto activo.
Conócele, hazte consciente de él por medio de tu aspecto conocedor.
Mátale por medio de tu aspecto pasivo.
No olvides que de debes desarrollar igualmente los tres aspectos.
1.       El Aspecto activo es la voluntad.
2.       El Aspecto pasivo es el deseo del Nirvana.
3.       El Aspecto conocedor es la Inteligencia.
No olvides que tu papel consiste en crear y matar el Ser y que para esto precisa conocerlo.
Y sabe que, para ser consciente de algo, precisa reconocer en ello los tres aspectos; y que para lograrlo, precisa desearlo.
El deseo es la causa de la creación.
Así, pues para matarla es preciso no desearla ya.
El maestro es consciente de esto; como tu maestro que dormita en ti es también consciente de esto.
Sé consciente de Él y Él te conocerá.
Solamente entonces te conocerás a ti mismo….”
 
P L E G A R I A
Que el Templo que vio mis primeros tan tímidos pasos; que los amados hermanos que los sostuvieron y que, en
 solemne acogida me dijeron:”Marcha y desbasta la Piedra Bruta”, que todos los que aun hoy, en nombre
 de la Orden, repiten a los neófitos la misma fuerte alegoría; que en el Templo, en todo su extensión
 resuenen los ecos de mi ardorosa plegaria, y que mis Hermanos dignen acoger favorablemente el
 fruto de mis libres investigaciones, el resultado de mis largas horas de meditación. ¡Oh, vosotros,
los que buscáis, la “Palabra Pérdida”! ¡Descansad hasta el seno de las tranquilas serenas
 profundidades de la conciencia! ¡Oh, vosotros los que deseáis la “Luz”! ¡Limpiad
de amarguras vuestro corazón, liberadlo de los fuertes lazos que detienen sus
generosos ímpetus! ¡Oh vosotros, que queréis hacer el bien! ¡No os
 preocupéis tanto del mal que se hace a vuestro alrededor, pero
ya que queréis combatirlo, venced en vosotros mismos al
“Minotauro”!. Entonces, ¡hermanos míos ¡,
saldréis del obscuro laberinto.
Y con la dulce luz
 de una nueva aurora,
con la certeza del día que se
levanta en un alma radiante y consolada,
 tierna y compasiva, sentiréis la ascensión de la
gran Luz; y, en la pureza de un corazón que se entrega
 y se une al corazón de la Inmaculada y Universal Naturaleza,
oiréis la armonía melodiosa de la Eterna Divina Palabra…
Los que tenéis ojos y queréis ver, ¡Ved! ¡Ved!... interiormente!
Los que tenéis oídos y queréis oír, ¡Escuchad! ¡Escuchad!... profundamente
 
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