COLUMNAS DEL TERCER MILENIO
  LA MAGIA DEL TEMPLO
 

LA MAGIA DEL TEMPLO

William G. Gray

Ed. Sirio, 1988


G.R.Salgador




 

"La Magia del Templo nos revela el verdadero propósito de la magia, el cual no es moldear el mundo para que refleje el alma humana, sino moldear el alma para que llegue a ser reflejo de la Divinidad.  William G. Gray examina en esta obra todos los aspectos del templo, tanto materiales como simbólicos y lo hace desde todos los ángulos posibles.  Los instrumentos, los muebles, la estructura y la utilización de un templo oculto moderno son expuestos totalmente ante el lector y también le son explicados sus significados".


"...Se han escrito bastantes libros sobre los Templos esotéricos y muchos guiones para las ceremonias y demás procedimientos, haciendo referencia a lo que hay que decir o hacer, pero se ha escrito muy poco o más bien  nada sobre el “como” y el “porque” o las razones para tales comportamientos y actitudes. en otras palabras, hemos recibido poca ayuda y nos han dado pocos consejos sobre la forma de preparar nuestro yo interior para obtener mejores resultados como compensación a nuestros esfuerzos. esto es bastante lamentable, y con  mucha frecuencia es el punto flaco de la mayoría de las agrupaciones esotéricas occidentales.

 

Lo normal es que la mayoría de los aspirantes a formar parte de tales círculos reciban instrucciones sobre lo que han de llevar puesto, y la forma de ponérselo, que les otorguen un ejemplar de las descripciones de las ceremonias (el cual posiblemente, ira acompañado de unas explicaciones verbales del texto) ara que lo estudien y otras nociones de la filosofía de trabajo implicada, tras lo cual se espera que imiten a los otros, junto con los demás participantes. Dicho de otro modo, reciben una instrucción y una preparación muy poco apropiadas para el trabajo que tiene que realizar.

 Resulta increíble cuantas personas sin tener experiencia previa de las funciones y pensamientos relacionados con el Templo de las ceremonias, han de meterse de lleno y convertirse en expertos por una especie de ósmosis  de lo oculto, o a base de absorber instintivamente la técnica de algunas personas que probablemente no tienen unos conocimientos mucho más avanzados que los candidatos. es como pedirle a alguien que se vista para representar un papel y espera luego que esa persona lo interprete bien. Es como si uno se disfrazara de cirujano e inmediatamente operara a alguien para salvarle la vida. Cabe esperar que  no habrá nadie tan loco cómo para sugerir semejante cosa, y sin embargo muchas personas creen que si llevan la ropa adecuada y dicen las palabras indicadas, automáticamente se producirá el milagro mágico. esto ultimo es una falacia, es como poner el arado delante de los bueyes.

 La energía real que sirve para operar la propia  es la conciencia, y todos los accesorios y preparativos para las diversas ceremonias realizadas en cualquier templo son simplemente acondicionadores de la conciencia que ayudan en el proceso de despertar, reunir y concentrar la conciencia humana en un punto desde el cual podrá ser aplicada de una forma efectiva para la consecución del objetivo de toda la operación. Teóricamente es posible hacer esto  sin la presencia física de un templo, con tal que los factores equivalentes de la mente se apliquen en el orden correcto y que se pueda en verdad disponer de la energía adecuada. Sin embargo, eso exige unas habilidades que exceden las del hombre medio, y a menos que puedan conectarse con una fuente de aprovisionamiento de energía espiritual, los resultados obtenidos casi no merecen ser tomados en cuenta.

 Con esto precisamente tienen que ver todas las diferentes ceremonias  que se desarrollan en el Templo, ya sean religiosas, esotéricas o de otro tipo. los humanos se han tropezado con el problema de sus limitaciones y de la necesidad de reducir estas limitaciones adquiriendo la experiencia y los conocimientos necesarios, o si no, invocando la ayuda de algún agente espiritual considerado capaz de tal conciencia. dicho de otro modo,  recurriendo a un especialista como uno podría llamar a un fontanero para reparar una tubería que gotea o a un cirujano para reparar a un equivalente del organismo humano. Ambos especialistas pedirían una compensación económica por su trabajo, en tanto que los especialistas espirituales operativos piden a los deudores humanos la realización de ciertos servicios como compensación..."

 
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